miércoles, 23 de septiembre de 2015

Aquel, parecía un día especial, en el ambiente reinaba una calma amenazadora, alzando la vista al cielo pude observar como este perdida su azul cian y se tornaba de un gris como si lo hubiesen salpicado de cenizas, no llevaba reloj así que me fue imposible adivinar la hora teniendo como punto de referencia los rayos solares.

La niebla daba la impresión de ser más espesa por momentos, la gente corría empujando a sus semejantes de forma deliberada.

A la carrera, aproximadamente unas diez personas hasta donde pude contar (algo me incita a pensar que eran todos los habitantes del pueblo) subieron apresuradamente la cuesta adoquinada, incluso algunos de ellos en su afán de avanzar más rápido no reparaban en que sus zapatos en contadas ocasiones no les obedecían haciéndoles así tambalearse hasta que el propio suelo les frenaba la caída.

Opté por seguir su mismo camino cayendo en la cuenta de que no era capaz de comprender como demonios me costaba tanto ascender por ella, dicho acto me llevo unos cuantos minutos, cuando por fin conseguí llegar, observe que los adoquines desaparecían bajo un tortuoso camino de grava conduciendo mis ojos persuasivamente hasta la puerta de una gigantesca catedral de estilo gótico que se alzaba ante mi.

Me pregunte en ese mismo momento como pude no haberla visto, ¿seria el momento de volver y concertar una cita con el oculista? Me consolé pensando que la niebla me había jugado una mala pasada y que seria una lastima deshacer el camino hecho después del esfuerzo, así pues decidí aproximarme para analizarla detenidamente.

Las puertas eran enromes piezas de hierro, de arco apuntado, estas estaban grabadas con imágenes que mis ojos no me permitían distinguir, toda ella salpicada de ventanas con vidrieras que la dotaban de un aspecto mágico, incitándome a pensar que en un día soleado su interior seria todo un espectáculo de color, notaba que mi barbilla se iba alzando, mi curiosidad me obligaba a preguntarme cuan alta era reparando así en un par de gárgolas que me acechaban desde lo alto.

Me decidí a entrar, a mis brazos, no dotados de mucha fuerza les costo un arduo trabajo desplazarlas lo mínimo para permitir que mi cuerpo pasase entre una fina ranura, temiendo que de repente se cerrasen atrapándome y obligándome a formar parte de la decoración.

Tardé en acostumbrarme al cambio repentino de luz, no sabría decir con exactitud el tiempo que me llevo empezar a distinguir siluetas,  reparando así en que todos aquellos que ascendían presurosos en su pelea continua con los adoquines se encontraban allí.

Las paredes, el techo, el suelo.. Todo parecía bañando de un acentuado color escarlata, solo pude imaginar de que estaba recubierto el suelo por los chasquiditos que la suela de mis zapatos hacia al colisionar en el.

Mas adelante distinguí algo semejante a un habitáculo situado en medio de aquel lugar, pude adivinar que estaba dividido en dos partes, la mitad inferior de madera y la superior encristalada, en una de las caras había una ranura rectangular, debido a la ausencia de luz no me era posible distinguir lo que se hallaba en su interior y decidí apaciguar mi curiosidad restándole importancia y entreteniéndome en la lectura de unos panfletos informativos pegados en ella. Debido a la oscuridad solo conseguí leer el titulo: Ritual de purificación de almas.  Estaba escrito en latín, lo leí sin dificultad pero había algo muy curioso.. Yo no sabia latín.

Olvidando este pequeño detalle reparé en que alguien se encontraba detrás de mí, pensé que era alguien perteneciente al grupo de maratón de subidores de cuestas, para mi sorpresa me equivocaba, detrás de mi se encontraba un hombre de aspecto longevo, con una larga túnica cubriendo sus pies, parecía levitar, su mano derecha sujetaba firmemente un incensario, en la otra yacía un libro de un aspecto vetusto y desgastado, el anciano ajeno a todo lo demás, daba vida a las palabras que se encontraban en el libro, emergían de entre sus finos labios con una entonación digna de un réquiem.

En aquel momento como si el hombre hubiese descendido de un mundo paralelo y hubiese aterrizado repentinamente en este, alzo la barbilla, avanzo, dándome la impresión de que iba a arrollarme, decidí desviarme de su trayectoria, a pesar de la ignoración que recibí por su parte estaba mas que seguro de que no le había pasado inadvertido.

Siguió avanzando hasta situarse detrás de un joven a un radio de un metro aproximadamente, este, se dio la vuelta al advertir a alguien a sus espaldas y el anciano por lo que pude interpretar le indico donde tenia que posicionarse, este asintió ocupando el puesto que se encontraba justamente delante de la ranura mencionada anteriormente.

El varón de un metro ochenta y cinco aproximadamente, lucia un cabello muy corto, de un negro azabache, vestía con una camisa azul, pantalones de traje y zapatos semejantes a los míos, no parecía muy nervioso, una actitud muy diferente a la que yo poseía.

Acto seguido el señor de avanzada edad pasó una de las paginas del libro el cual yo esperaba que se desintegrase en sus manos, leyó otra oración, su voz era una mezcla de serenidad, ímpetu y decisión, mezcla explosiva: en el acto algo se apodero del espacio donde nos encontrábamos, al momento todos percibimos un ligero olor de azufre, del cual era imposible averiguar su procedencia, fueron milésimas de segundo lo que tardaron mis neuronas en asimilar y procesar la información, aquello que estaba presenciando no podía ser humano, de hecho, no lo era..

Una extremidad, semejante a un brazo emergió por la ranura, me aventuraría a decir que provenía del mismísimo infierno,  parecía que su composición constase principalmente de lava y piel putrefacta, desconozco la temperatura de dicho ser, lo único que se, es que se aproximó al cuerpo del joven que no mostró ni la mas mínima señal de pavor,  atravesándolo como si fuese un pedazo de cera, fundiendo su piel y adueñándose de su corazón, el cuerpo sin vida se desplomo en el suelo, cuando dicho acto finalizó, los individuos allí presentes no mediaron palabra, el anciano hizo un gesto y de la nada surgieron dos seres encapuchados que retiraron el cadáver.

Mi cuerpo permanecía congelado, no era capaz de ejecutar el mas mínimo movimiento, el terror se apoderaba de mi y la incredulidad de cómo toda aquella gente permanecía allí, de pie, sin inmutarse ante semejante acto me helaba la sangre.

El propietario del libro moribundo repitió el gesto anterior con intención de que otro voluntario ocupara el sitio del antiguo fiambre, repentinamente noté como mis pesados miembros empezaban a recobrar su vitalidad, un paso, después otro y así fugazmente me aproxime a la puerta, en el acto el viejo realizó otro gesto, tenia que tener algún significado ya que dos encapuchados mas corrieron hacia a mi, no hay que estar dotado de una gran perspicacia para adivinar cuales eran sus intenciones, la euforia del momento me doto de una fuerza sobre humana, empuje  las dos pesadas planchas de metal y estas me cedieron el paso gentilmente.

Acto seguido lo mas inteligente me pareció echar a correr, la existencia de vegetación era escasa así que resultaba difícil hallar un lugar donde ocultarse, a lo lejos divisé unos setos, posiblemente me brindarían la oportunidad para camuflarme durante unos minutos, sin pensar en la salud y bienestar de mi pobre abrigo, me puse en cuclillas, no vi salir a nadie de aquel lugar, lo cual me dio tiempo para hacer lo que no había hecho desde que llegue: pensar

Analicé la situación: ¿que era aquel sitio? ¿De donde provenía esa "mano"? ¿Por que la gente no actuaba ante tal acontecimiento? ¿Quien era aquel hombre? ¿Acaso era mudo? Y lo mas importante.. ¿Por que permanecía en cuclillas detrás de un seto si no había nadie y tenia la posibilidad de escapar?

jueves, 13 de agosto de 2015

Aun recuerdo esos diamantes de complicidad brillando en su mirada, con los ojos era capaz de devorarla y al morder cada centímetro de su piel, sus hombros salpicados de estrellas emergían de entre mares de algodón, sus labios emanaban llamaradas en forma de grito ahogado, y sus dedos de porcelana se aferraban a cada segundo que se desparramaba por el suelo a la luz de la luna.  
Se quebraba por dentro, cada molécula se liberaba de las demas convirtiendola en vamor ligero y efímero, así como ella tanto deseaba formar parte de un todo y un nada, la inhalaba deseando que hallase lugar en mis pulmones, pero ella era salvaje, recorriendo mi interior para poco después abrazar la inmensidad mas aterradora..

domingo, 12 de julio de 2015

..Se dirijo lentamente hacia la puerta, en el justo momento en el que su cuerpo avanzo hacia su interior pudo sentir como cada célula de su ser emigraba a otra dimensión.
Una dimensión en el que reinaba el silencio, envuelto y arropado por miles de hojas tatuadas con palabras, con historias esperando a ser contadas, su pituitaria se sentía embargada de la fragancia a aventura, a terror, a pasión..
Y fue este el justo momento, en el que comprendió que ya había dejado de ser solo un hombre, el momento en el que su alma abandono su habitad y paso a convertirse en detective, en una amante fogosa o adentrase en la piel de un despiadado asesino..

miércoles, 1 de abril de 2015

Quédate

Quédate con aquel que sepa dar vida a las palabras y así aunque su alma perezca siempre hallaras luz entre sus paginas
Quédate con aquel que haga de tus derrotas las suyas pues cuando se alce victorioso tu reinaras a su lado
Quédate con el que haga un hogar en cada canción pues para tus oídos siempre habrá cobijo 
Quédate con el que conozca cada poro de tu piel para que cuando ni tu mismo te reconozcas te recuerde quien eres.
Quédate con el que crea en ti, que hasta cuando tu te desmerezcas haga incuestionable tu valía
Quédate con aquel que no busque en ti solamente lo carnal pues encontraras en el alguien eternamente enamorado de un alma joven

lunes, 5 de diciembre de 2011

ermitaño

¿Que motivo es el que te lleva a tomar esa decisión?
¿Es probable que en ella se vea un poco involucrado un sentimiento de misantropía?
Quizás se resume en algo producto de decepciones que provienen de los que nos rodean, puede que un método para huir de la verdad o que debido a exceso de inteligencia y embriaguez de realidad se tomen caminos alternativos..

Como bien dice el poema de Julio Antonio Araya:


"..No quiero saber nada de nadie
 No quiero saber nada de nada
 No quiero saber nada de guerras
No quiero saber nada de armas
 No quiero saber nada de muertes
sólo quiero ser un ermitaño.." 


El ermitaño del siglo XXI muy lejos esta del significado original, el ermitaño de la actualidad no necesariamente esta ligado a Dios, a la oración o a la clausura en un convento.. Pues ¿Por que nos resultan tan incoherente que alguien desee romper con esos patrones? Negamos que seamos totalmente independientes, que necesitemos relacionarnos.. ¿Y porque se nos presenta tan imposible la idea de vivir apartado de todo lo que al fin y al cabo nos da tantas complicaciónes?

Esta forma de vida demuestra que podemos vivir sin las nuevas tecnologías, simplemente como hacían nuestros antepasados, valernos por nosotros mismos..

¿Y tu? ¿Puedes ser un ermitaño?

sábado, 12 de noviembre de 2011

Principios

Hoy mismo y en contra de mi voluntad tendrá lugar un torneo, los combatientes, los participantes serán los siguientes:

Gi - (Rectitud)
Yu - (Coraje)
Jin - (Compasión)
Rei - (Respeto)
Meiyo - (Honor)
Makoto - (Honestidad)
Chugi - (Lealtad)

Desconozco la razón por la que tenga que presidir dicho combate pero siento que es mi deber, desconozco también la razón por la que se realiza aunque no apoyo dicho acto y por ultimo desconozco también la finalidad.

Se distribuyen en circulo, las miradas se tornan de acero, cortantes como los filos de los sables que descansan entre sus manos, un ligero movimiento y todo empieza..

Un huracán de movimientos, amenazados ante el filo del arma que les apunta, a dos milímetros del corte, la trayectoria de de la hoja se detiene y segundos después retrocede, cada katana regresa a su lugar de descanso, los combatientes retroceden e inclinan la cabeza en señal de cortesía o bien agradecimiento..

Me dirijo hacia uno de ellos, Rei.. y con ojos interrogantes le pregunte el porque de dicho acto..


"..Todos nosotros, somos uno..."

sábado, 29 de octubre de 2011

un lugar bajo el cielo

Día a día la misma pregunta se repite en mi mente, si acaso tiene sentido caminar sin rumbo, tu vida es un portal abierto donde todos a tu alrededor acceden a ti, indagan en tu interior, dejan su marca y tiempo después se marchan


Anhelas a cada minuto que pasa la calidez de aquel que bebió de tus lágrimas, combatió contra tus tormentos y que llegado el momento simplemente se fue, aquel que se alimento de tus sonrisas y celebro tus victorias como si fuesen las suyas


Cada cual posee su camino, propio, único, exclusivo.. se viaja por el, en contadas ocasiones este progresa equidistante con el de otro ser, corremos el peligro y cometemos el error de pensar que alguien permanecerá en el para siempre..

En estos momentos mi camino prosigue solitario y tras el ajetreo todo permanece impasible, el sendero que habito, embriagado por las sombras, se despoja de los recuerdos, siempre con la certeza y convicción de vivir el presente

Mi cuerpo se ve envuelto por un estimulo desconocido, las ganas de luchar incrementan en mi, ganas de enfrentarme a un enemigo que desconozco.. apuro el paso, desenvaino mi sable, vislumbro su silueta y como un espejo se alza ante mi mi propia imagen, lo que se proyecta en mis ojos me atemoriza y me intimida pero se lo que debo hacer..


"..solo eres una montaña mas que tengo que escalar.."